Bien, acá va una confesión, pasaron muchos años para volver a Pucón. Mi primera experiencia fue un verano de esos donde había que buscar espacio para poner la toalla en las arenas del lago, donde te encontrabas con una multitud en cada lugar y finalmente terminé agobiada por tanta gente.
Ahora regresaba en pareja, en el mes de junio y me reconcilie con esta ciudad que estaba cuidada, limpia y con varios panoramas para compartir.
Como todo destino turístico de renombre Pucón ofrece una amplia cantidad de alojamientos que pueden ajustar a sus necesidades, restaurantes variados y tiendas para vitrinear con algunos productos exclusivos de muy buena factura.
Fue así que Pucón, cuyo nombre significa «entrada a la cordillera» en mapudungun, nos recibió con un día despejado y una vista hermosa al nevado volcán Villarrica. Nos quedaban pocas horas de sol y la tarde se iba poniendo fría, de tal manera que bien abrigados con chaqueta, bufanda y guantes, fuimos en busca de un lugar para tomar once. Si hay algo que tiene el sur es la posibilidad de disfrutar de dulces como kuchen o tortas, herencia de los colonos europeos, y que se reproducen con magistral calidad en los cafés de la zona.
Esa tranquila tarde, acompañados de un kuchen de frambuesa y una torta crujiente de nuez se nos pasó la hora conversando y mirando por las grandes ventanas de marco de madera rustica que daban a la calle Fresia.
Como andábamos en plan relajo, al día siguiente nos levantamos tarde y emprendimos camino a Caburgua, queríamos dar un paseo, demoramos una media hora en llegar (el camino está con algunos baches así que tómenlo con precaución). Al final de la ruta, la playa y costanera fueron toda nuestra, como niños corrimos por las escaleras de piedra, dábamos hipótesis sobre lo que eran o contenían las construcciones que estaban cerradas, hasta jugamos en la plaza activa mirando al lago. Era un hermoso y tranquilo momento, donde el paisaje se hacía amigo de la soledad y nos daba espacio para nosotros.
Al regresar pasamos a los nombrados Ojos del Caburgua, para llegar está bien señalizado, dejan el auto en el estacionamiento y deben introducirse en un sendero de pocos metros hacia las cascadas. En tu camino, los pasos crujen en las hojas caídas de los arboles en medio de colores ocres, naranjos y verdes del bosque, hay pasarelas de madera que te aproximan a las sonoras, cristalinas y frías aguas para contemplar la naturaleza viva y los pozones de azul turquesa.
Ya extasiados con el entorno natural, volvimos a la zona urbana en búsqueda de algo para comer. Si son vegetarianos el Restaurant Ecole! es una buena alternativa, atienden todo el día, es económico y probamos una sopa de verduras que nos devolvió la sangre al cuerpo con el frío que hacía. Para los carnívoros hay varias parrillas, se pueden ver los maestros asadores azuzando el fuego en las entradas de los restaurantes y los cortes de carnes son abundantes, incluso para compartir diría yo. Para otras opciones tienen comida italiana, pizzas y sangucherias por doquier.
Aun con tiempo, piernas para caminar y ganas de turistear, pueden pasear por la Feria de Artesanías, siempre es bueno mirar por algún suvenier de regalo. Lo que nos dejo con la billetera un poco resentida, pero contentos, fueron las tiendas de decoración; cerámicas, cuadros, espejos y muebles originales, donde dan ganas de llevarse todo, te entretienen la vista sin duda.
Aun cuando nosotros nos acostamos temprano por estos días, para los más bohemios también hay posibilidad de tomarse unos tragos, jugar o disfrutar de algún show en el casino. Lo menciono para dar cuenta de lo que se puede hacer en esta ciudad lacustre.
Obvio todo se trata de gustos y etapas, en temporada baja pasa que no está todo abierto y hay personas a las que no les acomoda tanta tranquilidad. Por otro lado, encuentras precios más bajos en alojamiento, por ejemplo, y vistas privilegiadas de los atractivos. De cualquier forma, es una gran oportunidad de relajo, encuentro y distracción visitar estos lugares lejos de las grandes aglomeraciones.
Anímense a salir en esta temporada!