Nos habían invitado a Liquiñe y ahí estábamos, después de varias horas de viaje en auto la vegetación se hace más densa, más verde, lagos y ríos completan el escenario adentrándose en la cordillera.
Liquiñe es una localidad de la comuna de Panguipulli en la Región de Los Ríos. Para llegar, desde la ciudad de Villarrica, subes por el camino que conduce a Lican Ray y Coñaripe bordeando el Lago Calafquen. Estos hermosos entornos te van relajando poco a poco.
Desde Coñaripe a Liquiñe el camino comienza pavimentado y luego pasa a ripio con unas curvas cerradas que es preferible pasar con velocidad moderada y buena visibilidad… de pronto una recta y el pueblo te recibe.
Se nos había hecho tarde, así que ese día no pudimos apreciar muy bien lo que nos rodeaba, el tiempo lo aprovechamos en acomodarnos y descansar.
La cabaña tenía una cocina a leña que temperaba agradablemente todo el espacio. Ya tenemos algo de práctica en encender el fuego, y todo el proceso es tremendamente estimulante porque incluye cortar leña con esa cuota de fuerza y precisión que requiere concentración y es acompañada del aroma a madera en un ambiente húmedo cuya briza de marzo llena tu cuerpo de aroma a bosque en cada inhalación.
Como deben imaginarse, hay que dejar unos trozos pequeños que te harán más fácil la tarea de encendido del fuego, tener algo de papel y fósforos. Ya hecha toda esta labor y para mantener la combustión adecuada durante la tarde y la noche alguien debe despertar temprano y echar un leño antes que se deba volver a empezar, no sé que será más rico, si esperar en la cama cuando el otro llega con frío de ese trámite o llegar con frío y que te esperen con un abrazo al amanecer.
La bruma poco a poco fue dando paso a un día parcialmente soleado, especial para salir a recorrer y fue entonces cuando comenzamos a comprender donde nos encontrábamos. Situados en el medio de cerros teñidos de verde, nuestra vista se dirigió directamente a una hermosa cascada que parecía pintada, el Salto Liquiñe. Pueden llegar cerca a través de la casa de Don Guillermo Queupumil o tomar algún tour que realizan en temporadas altas.
Don Guillermo nos guió amablemente y nos fue contando algo de la historia del pueblo, de la flora y fauna, nos facilitó unos cómodos bastones de colihue y dio recomendaciones para mantenernos seguros en el último tramo, ahí donde el sonido del agua se hace estruendoso, donde cuelgan las enredaderas y los chilcos danzan de energético rojo. Ahí es donde siempre me sorprendo en un sentimiento de gratitud.
Con esa experiencia rejuvenecedora, gratamente asombrados, nos dio la hora de almuerzo y en Liquiñe la oferta está creciendo, en la calle principal encuentran restaurantes o negocios donde pueden comprar para cocinar, también dimos con un lugar donde vendían pan amasado y huevos de campo para el desayuno, es un pequeño almacén en el lado sur cerca del camino que va a Neltume.
Otra de las bondades de Liquiñe, y de toda esa zona, es que está ubicado encima de fuentes de aguas termales que dan vida a más de ocho centros que te permiten disfrutarlas. Con distintos servicios y precios, puedes sumergirte a distintas temperaturas o hacerte un tratamiento con barro.
Si aun quieres más opciones, a través del Paso Fronterizo de Carriñe a 15 km de Liquiñe puedes llegar a Argentina cerca de San Martín de Los Andes, y para hacer un viaje redondo, regresa a Chile por el Paso Hua Hum en transbordador donde te esperará toda la magia de Puerto Fuy y Huilo Huilo. Ver más aquí…
Algunos datos útiles si vas a Liquiñe:
– La señal de teléfono es débil y sólo llega la compañía Entel. Así que pueden aprovechar de desconectarse esos días.
– No hay bencinera ni hay cajero automático en Liquiñe. Pueden encontrar estos servicios en Coñaripe.